La osteopatía es un sistema de atención de la salud centrado en el paciente. La filosofía es tratar a toda la persona, no solo los síntomas. En nuestro tratamiento nos basamos en las interrelaciones de estructura y función, así como en la capacidad del cuerpo para curarse a sí mismo.

El papel del osteópata es facilitar ese proceso, para apoyar todos los aspectos de la salud y el desarrollo saludable mediante la práctica del tratamiento manual. 

Nuestro tratamiento se basa en un sistema de diagnóstico y tratamiento para afrontar las disfunciones de la movilidad / motilidad tisular en general, utilizando diferentes enfoques para mejorar la función fisiológica y/o apoyar la homeostasis que ha sido alterada por disfunción somática. La disfunción somática se define como «función alterada del sistema somático”, es decir, de las estructuras esqueléticas, articulares, musculares y fasciales, y sus elementos vasculares, linfáticos y neurales relacionados” .

La osteopatía enfatiza la importancia del pensamiento lógico en la medicina, del principio de fundamento fisiopatológico, de las hipótesis diagnósticas y de la cuidadosa selección del tratamiento cumpliendo con las reglas de la deontología y la ética. 

La osteopatía se autodefine como una profesión de la salud, y entiende la salud como la capacidad de respuesta. Esto es aplicable a una célula, un tejido, un órgano o sistema, un individuo o incluso a una comunidad. 

La salud es individual y personal. Cada elemento sobre el que se pretende actuar para mejorar la capacidad de respuesta ante los estímulos (físicos, térmicos, bioquímicos, emocionales, etc.) a los que son sometidos requieren un cuidadoso análisis de los factores que son susceptibles de mejora para optimizar la respuesta. Cada persona tiene un nivel de exigencia en su día a día que determina su salud, y su capacidad de respuesta siempre presenta un margen de mejoría.